En los últimos tiempos muchos argentinos han realizado su mudanza internacional a Uruguay cambiando de residencia fiscal con el fin de acogerse a beneficios impositivos más favorables a su patrimonio. Al parecer, en el corto plazo esto continuará. ¿Cómo beneficiarse de esto y no caer en la perjudicial doble imposición?
Se lo contamos brevemente en éste nuevo envío de nuestro blog.(Tiempo de lectura: 3 min.).

Mucho se ha hablado en los últimos años de los cambios recientes que flexibilizaron la obtención de la residencia fiscal en países vecinos como Uruguay y Paraguay. Frente a esto nos han surgido consultas de mudanza internacional como una estrategia para el alivio fiscal que promocionan éstas naciones limítrofes.

No todo es tan sencillo como parece: no alcanza con adquirir la residencia fiscal en el extranjero, hace falta también perderla en Argentina para no caer en el peor escenario que es el de la doble imposición.

¿Cómo abandonar la residencia fiscal en la República Argentina? La ley presume que todos los argentinos son residentes por su nacionalidad y además la residencia se obtiene por la permanencia constante en un territorio. Para desligarse del fisco nacional se le exige al individuo que permanezca en forma continua en el exterior por un período de 12 meses y se aclara que pueden tener presencias en Argentina temporales continuas o alternadas de 90 días. Para que AFIP reconozca la pérdida de residencia fiscal de parte de un contribuyente, dicho organismo debe ser notificado según la Resolución General 4760. Una vez realizada la baja fiscal, se debe designar un apoderado que pagará impuestos por los bienes o las ganancias que aún puedan producirse en Argentina. Y, cuidado, ni la pérdida de condición de residente fiscal argentino ni la adquisición de residente fiscal en otro país, libera a las personas de sus responsabilidades por los impuestos residuales que pudieran corresponder a años anteriores a aquel en que se efectivizó la pérdida de residencia fiscal.

Sin duda, AFIP pondrá obstáculos para quedar al margen de los compromisos fiscales. Podría tener bienes o negocios en el país, pero cuya importancia relativa sea menor respecto de la actividad en el exterior. La mudanza internacional , como estrategia fiscal, no es fácil si no se está dispuesto a asumir un cambio profundo en el escenario de vida. El contribuyente debería darse de baja del club, la obra social, transferir vehículos a su nuevo país y algunos otros indicadores que muestren una renuncia total.

Recomendamos la lectura del libro “La Pérdida de Residencia Fiscal en Argentina por Mudanza Internacional a Uruguay” de autoría de los doctores Valeria D’Alessandro y Jonás Bergstein, publicado por el sello editorial Errepar.

En un lenguaje llano en sus 133 páginas aborda los desafíos que presenta la pérdida de la residencia fiscal en Argentina y la adquisición de la residencia legal y fiscal en Uruguay. Consiste en 240 preguntas y respuestas que analizan el amplio espectro de situaciones que el tema suscita. Para mencionar algunos ejemplos: ¿Cómo se pierde la residencia fiscal argentina?; ¿Qué responsabilidades continúan para el antiguo residente?; ¿Es menester ser autorizado por AFIP para dejar de ser “residente”? ¿En qué consisten las “tie breaking rules” para dirimir situaciones de doble residencia?; ¿De qué manera es posible obtener la residencia fiscal mudándose a Montevideo o Punta del Este?; ¿Qué cantidad de días de presencia en Uruguay es obligatoria para obtener el certificado de residencia fiscal uruguayo?; ¿En qué consiste el permiso fiscal que Uruguay ofrece para quienes adquieren la residencia fiscal en ese país?. Todo ello desde una visión binacional argentino-uruguaya.

Es importante no caer en ideas simplistas sobre esta estrategia, que si bien podría ser una opción, su elección implica que dicha mudanza debe ser real, concreta y efectiva.

Julio 2021